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De víctimas a protagonistas: Cómo manejar el victimismo sin perder tu paz (y ayudar a quien lo necesita)

Hace unos meses, en una comida de nuestro Club de Solteros, conocí a alguien que, en media hora, me contó cómo su ex arruinó su vida, cómo sus amigos le dieron la espalda y cómo el universo parecía conspirar en su contra. Al terminar la conversación, me sentí agotada. No era la primera vez que me topaba con alguien así, pero esa tarde entendí algo: el victimismo no solo lastima a quien lo practica, sino también a quienes lo rodean.


En el Consultorio sentimental de la Señorita Francis (el chat de whatsapp con IA) también hemos debatido sobre ello. Y en un espacio como éste, creado para conectar y crecer, ¿cómo manejamos estas situaciones sin herir, pero sin descuidarnos?


1. ¿Qué es el victimismo y por qué nos afecta?

El victimismo crónico es una actitud donde alguien se instala en el papel de víctima, culpando a otros o al destino de sus problemas, sin asumir responsabilidad. No es lo mismo que vivir un duelo o pedir apoyo en momentos difíciles. Es un *patrón* que se repite, incluso cuando hay soluciones a la vista.


¿Por qué duele tanto?

- Nos contagia emocionalmente: La negatividad constante puede absorber nuestra energía.

- Genera frustración: Queremos ayudar, pero chocamos contra un muro de excusas.

- En grupos como el nuestro: Puede crear dinámicas tóxicas, alejando a quienes buscan conexiones auténticas.


2. Señales para identificar el victimismo (sin juzgar)

- Siempre hay un "pero": "Quiero encontrar pareja, *pero* nadie me entiende".

- Culpan a todo y a todos: El trabajo, la suerte, la familia... Nunca hay autocrítica.

- Rechazan soluciones: Si propones ideas, responden con "sí, pero…".

- Te hacen sentir culpable: Si no les das la razón, te acusan de no empatizar.


Me pasó que una amiga siempre cancelaba planes porque ‘nada le salía bien’. Cuando le sugerí terapia, me dijo: ‘Ni tú me apoyas’. Me dolió, pero entendí que su dolor no era excusa para invalidar el mío.


3. Cómo proteger tu energía (sin ser egoísta)

a) Establece límites claros (con amor):

- Ejemplo práctico: "Entiendo que estás pasando por algo difícil, pero necesito que esta conversación sea recíproca. ¿Podemos hablar también de algo que te inspire?".

- Limita el tiempo: Si notas que la conversación se repite, di: "Voy a ir por otra bebida, ¿te unes?" (cambia el foco).


b) No cargues con responsabilidades que no son tuyas:

No eres su terapeuta, salvador ni paño de lágrimas eterno. Escuchar es valioso, pero si sientes que te usa para validar su dolor, da un paso atrás.


c) Usa el "yo" en lugar del "tú":

En vez de: "Siempre te quejas", prueba: "Me siento abrumada cuando hablamos solo de problemas. ¿Qué tal si compartimos algo positivo del día?.


4. Cómo ayudar a alguien atrapado en el victimismo

a) Valida sin alimentar el drama:

- No útil: "¡Qué horror, tu jefe es un monstruo!".

- Sí útil**: "Suena frustrante. ¿Has pensado en cómo manejarías eso?.


b) Haz preguntas que empoderen:

- "¿Qué necesitas para sentirte mejor?".

- "¿Qué pequeño paso podrías dar hoy?".


c) Refuerza sus logros (por mínimos que sean):

Si dice: "Por fin limpié mi casa, *pero* fue lo mínimo", responde: "¡Genial! Dar el primer paso requiere fuerza. ¿Cómo te sientes ahora?".


d) Sugiere ayuda profesional (con tacto):

Por ejemplo "A mí la terapia me ayudó a ver cosas que no gestionaba sola".


5. ¿Y si yo soy el que cae en el victimismo?

*Confesión: "Tras mi última ruptura, me di cuenta de que repetía: ‘Nunca encontraré a alguien’. Un día, una compañera del club me dijo: ‘¿Y si en vez de ‘nunca’, pruebas con ‘todavía no’?’. Esa palabra cambió todo".*


- Reconocer el patrón es el primer paso.

- Busca actividades que te devuelvan el control: Deportes, voluntariado, proyectos creativos.

- Agradece lo pequeño: Un diario de gratitud puede re-educar tu cerebro.


Conclusión:

En un mundo lleno de incertidumbre, es fácil caer en el papel de víctima. Pero en nuestro Club de Solteros, tenemos la oportunidad de ser algo más: una comunidad que se levanta, aprende y crece juntos.


Te reto a:

- Observar tus conversaciones: ¿Son quejas o soluciones?

- Proponer temas constructivos en las próximas reuniones: "¿Qué aprendiste de tu última relación?", "¿Qué meta personal estás persiguiendo?".

- Compartir tu historia: ¿Cómo superaste una mentalidad de víctima? Tu voz puede inspirar a otros.


Porque al final, no se trata de evitar a las personas, sino de elegir cómo caminar junto a ellas sin perder de vista nuestra propia luz.


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¿Has lidiado con el victimismo en ti o en otros? ¡Comparte tus estrategias en los comentarios! Juntos somos más fuertes 💪❤️.



senderistas en la Cueva del Gato
No estás solo/a en el camino. A veces, solo necesitas un nuevo punto de vista para ver la cima.

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